Rosácea

Controla el enrojecimiento facial con tratamiento personalizado y efectivo

La rosácea, un trastorno cutáneo crónico, se manifiesta con enrojecimiento facial persistente y puede afectar la calidad de vida. Descubre opciones de tratamiento personalizadas para recuperar la confianza en tu piel.

Diagnóstico de la Rosácea

La rosácea puede ser una condición dermatológica desafiante, pero en nuestra clínica biológica, ofrecemos un enfoque innovador y eficaz para su tratamiento. Descubre cómo la medicina regenerativa e integrativa puede ser la clave para aliviar los síntomas de la rosácea y mejorar tu calidad de vida.

El diagnóstico de la rosácea se basa en la evaluación clínica del especialista, considerando el enrojecimiento facial persistente, la presencia de pequeños vasos sanguíneos visibles (telangiectasias), brotes de granos tipo acné y sensación de ardor o picazón. Además, pueden realizarse pruebas para descartar otras afecciones cutáneas similares.

Los síntomas varían, pero comúnmente incluyen episodios de enrojecimiento facial repentino, sensibilidad a productos cutáneos, y, en casos más avanzados, la formación de protuberancias y aumento de la sensación de calor en la piel. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adaptado son clave para controlar la progresión de la rosácea.

Tipos de Rosácea que tratamos

Tratamiento y prevención Rosácea eritematosa​

Rosácea eritematosa

La rosácea eritematosa se manifiesta principalmente con enrojecimiento persistente en la cara, a menudo acompañado de vasos sanguíneos visibles. Aunque no causa protuberancias, puede provocar sensaciones de ardor o picazón. El tratamiento se enfoca en reducir la inflamación y mejorar la apariencia cutánea.

Tratamiento y prevención de Rosácea pápulo-pustulosa​

Acné-Rosácea

Aunque a menudo se confunde con el acné común, la acné rosácea es una forma específica de rosácea. Se caracteriza por la presencia de granos inflamatorios, enrojecimiento facial y, en algunos casos, alteraciones oculares. El tratamiento se adapta para abordar tanto los síntomas de acné como los de la rosácea, promoviendo una piel más saludable y equilibrada.

¿Cómo podemos abordar la Rosácea?

En el ámbito de la medicina regenerativa y preventiva, los tratamientos para abordar la rosácea ofrecen soluciones innovadoras y efectivas. Estos enfoques están diseñados para no solo atenuar los síntomas superficiales, sino también para actuar en la raíz del problema. Los tratamientos especializados buscan reducir la inflamación y promover la salud de la piel desde su origen, fomentando la regeneración de tejidos para lograr mejoras integrales y sostenidas. Estas terapias avanzadas no solo se enfocan en minimizar los signos visibles de la rosácea, sino también en mejorar la salud cutánea en general, ofreciendo opciones más completas y efectivas para aquellos que buscan reducir o controlar los efectos de esta afección crónica en la piel.

Tratamiento para curar la rosácea

Infiltración Regenerativa

En el ámbito del tratamiento regenerativo con células madre para abordar la rosácea, se exploran soluciones innovadoras y altamente efectivas. Estas terapias revolucionarias no se centran únicamente en reducir los síntomas superficiales, sino que buscan abordar la causa subyacente de la afección. Al aprovechar las propiedades regenerativas de las células madre, se promueve la restauración activa de la piel afectada, disminuyendo la inflamación y fomentando la regeneración de tejidos. Este enfoque integral busca proporcionar mejoras significativas y duraderas en la piel afectada por la rosácea, ofreciendo una vía hacia la reducción de los síntomas y la mejora general de la salud cutánea.

Preguntas Frecuentes

En comparación con los tratamientos convencionales, nuestra aproximación única ofrece resultados más allá de la superficie, brindando una solución integral y sostenible para quienes buscan alivio de la rosácea.

Los síntomas iniciales de la rosácea suelen incluir enrojecimiento facial, sensación de ardor o picazón, pequeños vasos sanguíneos visibles en la piel (telangiectasias) y, en algunos casos, pápulas y pústulas similares a las del acné.

La rosácea puede diferenciarse de otras condiciones cutáneas por sus características específicas, como el patrón de enrojecimiento facial, la presencia de vasos sanguíneos visibles y la falta de comedones (puntos negros). Es importante que un dermatólogo realice un diagnóstico preciso, ya que algunas condiciones cutáneas pueden presentar síntomas similares.

Identificar y gestionar los factores desencadenantes es clave para controlar la rosácea. Los desencadenantes comunes incluyen la exposición al sol, el estrés, alimentos picantes o calientes, el alcohol y ciertos productos para el cuidado de la piel. Llevar un registro de los desencadenantes personales y evitarlos, junto con el uso regular de protector solar, puede ayudar a minimizar los brotes.

El tiempo para ver mejoras significativas en la rosácea puede variar según el tipo y la gravedad de la afección, así como el tratamiento utilizado. Algunas personas pueden experimentar mejoras en pocas semanas, mientras que otras pueden requerir varios meses. Tratamientos tópicos, orales y procedimientos médicos, como láser o terapia fotodinámica, pueden ser recomendados según la evaluación del médico.

La relación entre la alimentación y la rosácea puede variar entre individuos, pero algunos informan que ciertos alimentos y bebidas, como alimentos picantes, alcohol, productos lácteos y cafeína, pueden desencadenar brotes. Ajustar la dieta puede ser parte de la gestión de la rosácea, y algunos pacientes encuentran útil mantener un diario alimentario para identificar posibles desencadenantes. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta.

 

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